lunes, 16 de marzo de 2015

Pálida como la luna. Mary Higgins Clark en su línea

La protagonista de esta historia es Maggie Holloway, quien, de forma casual, se reencuentra, en una reunión familiar de un amigo, con la mujer que durante su infancia fue su madrastra, la segunda esposa de su padre. Tras el reencuentro la ex madrastra, Nuala Moore invita a Maggie a pasar una temporada en su casa, en Newport. Al llegar Maggie encuentra a Nuala muerta en su cocina, asesinada. Tras la posterior muerte de una amiga de Nuala, Maggie comienza a enlazar el asesinato con otras muertes que se consideraron naturales y que están todas relacionadas con una residencia de ancianos en la que vivían las amigas de Nuala fallecidas. Para añadir misterio, Maggie encuentra unas campanillas en las tumbas de las mujeres fallecidas.
En esta ocasión, la escritora comienza por darnos una pista del lío en el que se va a meter la protagonista-heroína. La pone en peligro sin decirnos cómo se va a salvar aunque eso, al ser un libro de Higgings Clark, ya sabemos que pasara o que es muy posible que pase. En esta ocasión, además de que la Policía sigue su investigación por las mismas pistas que ha seguido Maggie, la protagonista cuenta con el personaje de un héroe, Neil, con quien mantiene una relación que hasta ese momento no estaba clara pero que parece afianzarse cuando ella desaparece y él tiene que atar cabos para encontrarla.
Lo peor de este libro es que es demasiado previsible, que Mary Higings Clark centra la incógnita del libro en el asesino pero que podemos sospechar quién es con demasiada facilidad porque existe un personaje constante que sabemos que habrá que quitar de en medio más pronto o más tarde, de alguna forma. Se entiende lo que digo cuando se lee el libro.
Es muy entretenido, que ya es bastante, y si conoces el estilo de Mary Higgins Clark sabes exactamente qué puedes encontrarte.