sábado, 21 de diciembre de 2013

Veneno de cristal. Donna Leon

Novela policiaca con una trama medioambiental no rara en Donna Leon. El comisari Brunetti, por un favor personal, realiza unas cuantas indagaciones sobre las posibles amenazas de muerte que el propietario de unos hornos de fundición de cristal de Murano, De Cal, ha hecho a su yerno, un ecologista convencido que el suegro sospecha, seguramete sin fundamento, que se ha casado con la hija por el dinero. El asunto no hubiera tenido más trascendía de no ser porque el vigilante nocturno de la 'vetreria' de De Cal aparece muerto junto a los hornos. El muerto, Giorgio Tassini, había mantenido una conversación sobre el comisario de los posibles daños medioambientales que estaban provocando en la laguna veneciana los restos de las vetrerias tanto de De Cal como la cercana de Fasano, un hombre influyente que todo apunta a que quiere iniciar carrera política.

Tassini, obsesionado con el tema, buscaba en realidad un responsable que no fuera él de las graves lesiones con las que había nacido su hija, víctima de una enfermedad que él podría haberle transmitido y tener que ver con el hecho de que su esposa y él se habían negado a dar a luz en un hospital a pesar de los graves riesgos.

Sin embargo, que Tassini intentara expiar su culpa buscando culpables en la contaminación de las fundiciones de cristal no significa que la contaminación no exista. El comisario Guido Brunetti seguirá ese camino, apoyado por el inspector Vianello, que por cuierto también es otro ecologista convencido.

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